Hernan Guillermo Briones Morales

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Ncido en 1937, ha vivido desde el 45 en las cabras.

TIO NANO: NO TE MUERAS NUNCA!!!!

Con su ánimo juvenil, enfrenta cualquier pega.

TIO NANO DE LAS CABRAS: NO TE MUERAS NUNCA Un grupo de vecinos tiene el  propósito de homenajear a un vecino que para la comunidad de Las Cabras en la comuna de Santa María, es infaltable. Tío Nano, comúnmente llamado, es una persona que desde que llegó a la comunidad en el año 1945, ha ayudado a todos que allí viven. En su fiel bicicleta va en busca de la correspondencia, de los diarios, del kino y de los encargos que le hacen los vecinos, esto todos los días y a sus 71 años de vida. Fue instalador eléctrico y cavador de pozos negros, pero esto es nada comparado con el trato que día a día mantiene con sus vecinos que literalmente lo adoran. Sandra Salvador Tapia, una vecina del sector, no tiene suficientes palabras para describir su sentimiento: “ Don Hernán Briones, más conocido acá como Don Nano, es una persona que ha sido sumamente servicial desde que llegó a los siete años a vivir acá. Tiene sus historias, se casó a los 68 años por ejemplo. Siempre ha sido y sigue siendo muy útil, por eso queremos hacerle un homenaje ahora y no después que ya no importe”. Su hermana, Erika Salvador, comerciante de Las Cabras, opina exactamente lo mismo: “Recuerdos existen muchos por eso queremos que el sepa en vida su importancia para nosotros. Por su colaboración, por sus consejos, por su utilidad a todos y creo que muchos vecinos van a reconocer que él se lo merece”.La verdad es que Don Nano es una sorpresa, con su voz suave pero enérgica habla de su vida, de la actualidad y de las anécdotas, entre las cuales figura el accidente de jugadores del club al volcar un camión en la década de los sesenta. Su vida siempre fue simple aunque muy dificultosa ya que nació con una vista dañada y siempre ha sufrido fuertes dolores de cabeza y a los ojos que muchas veces lo invalidan: “Hernán Guillermo Briones Morales es mi nombre y cuando murió mi padre llegamos aquí en 1945 y creo que ya no voy a moverme de aquí. Mi Taita falleció, entonces, después de su muerte llegamos a Las Cabras con mis hermanos y mi mamá. Ya ni me recuerdo cuando empecé a traer las cartas, los diarios, los pedidos de carne, deben de ser más de 40 años ya”.Don Nano, increíblemente no ocupa el transporte público con frecuencia, sino más bien, hace el trayecto en bicicleta, todos los días: “Yo ocupo micro cuando voy al pago no más”. Este Hombre emprende la subida de vuelta en su bicicleta a pesar de sus largos años ya que nació el 25 de Febrero de 1937, cosa admirable ya que es una labor constante para lo cual dice estar acostumbrado: “Uno se acostumbra a todo. Incluso de vivir al borde de que lo echen, porque esta casa donde vivo es una sucesión y vuelta y media amenazan con vender, pero yo conozco las leyes y si yo no quiero vender tengo mis derechos”.Don Nano tuvo que trabajar desde pequeño ya que antiguamente la gente no tenía posibilidades de solventar el estudio de sus hijos cuando eran pobres: “Yo estudie en la preparatoria no más, pero hasta allí llegué no más. Después aprendí por correo un curso de Instalador Eléctrico y pucha que me ha servido re mucho”.Don Nano dijo que toda su vida se corrió del casamiento hasta que María Guerrero Contreras de San Esteban lo conquistó: “Es menor que yo, pero en cuanto a salud, ella está un poco más endeble que yo. Lo único que me perturba es un dolor en los ojos que antes era muy terrible, pero he aprendido a aguantar no más. Cuando estaba trabajando me intentaba hacer el leso porque la gente podía decir que me estaba haciendo para no trabajar pero los mismos compañeros me cateaban y me preguntaban porque me veía tan mal. Así que ligerito el mayor domo me mandaba a la casa”.Don Nano tiene miles de historias y una filosofía de vida tan simple y segura que despierta las ganas de aprender de él. Su dolor a la vista, controlado con estoicismo, su gratitud a la vida y su amor por el entorno, hacen con que uno piense que está ante uno de aquellos sabios que en otras culturas estarían alabados como iluminados. Sin embargo, Don Nano hace de su vida una práctica palpable de la filosofía oriental Zen. Hacer las cosas con calma, con amor y apegándose a una perfección meticulosa que lo acompaña como un ángel de la guarda. Don Nano podrá irse en paz algún día, pero como dijo otra vecina, Patricia Castillo: “Es una persona que nunca va a haber alguien como él, sabe todo lo que uno necesita y siempre a cualquier hora y en cualquier lugar puedes contar con él. Nano ¡no te mueras nunca!”.  Roberto Mercado Aced